¡Hola!
Hoy vengo a hablaros de un tema que
debemos coger con pinzas puesto que es muy delicado.
LA LEGALIZACIÓN DE LA PROSTITUCIÓN.
La prostitución es la práctica de mantener relaciones sexuales
con otras personas a cambio de dinero u otros beneficios económicos. La
prostitución es ejercida mayoritariamente por mujeres (llamadas «prostitutas»)
y niñas (prostitución infantil), mientras que los clientes son mayoritariamente
hombres.
Tradicionalmente, la prostitución se
ha ejercido en sitios destinados a este fin, llamados «burdeles» o
«prostíbulos». Estos han sido habitualmente casas regentadas por un proxeneta,
en las que hay prostitutas y habitaciones privadas para practicar la
prostitución. También se practica en aceras de calles urbanas y laterales de
carreteras industriales, así como en bares y discoteca, hoteles y
a domicilio.
La prostitución es ilegal en muchos
países, estando penada por ley. Sin embargo, se trata de un tipo de actividad
con un elevado nivel de demanda. El hecho de que sea ilegal supone un elevado
nivel de inseguridad para las personas que se dedican a ello, además de que al
ser una actividad demandada se facilita la creación de mafias y redes de
explotación sexual que pretenden beneficiarse de ello.
Callejera
En la prostitución callejera, la prostituta busca clientes en la vía pública, esperando en una acera o esquina. Una vez un cliente contacta, el acto sexual se suele dar en el coche del cliente, en un lugar apartado en la calle o en una habitación alquilada. Los hoteles habituales alquilan habitaciones por horas.
En burdeles
El término burdel designa uno de los tipos de lugar en donde se practica la prostitución. En algunos casos en el establecimiento no hay ninguna relación formal entre la prostituta y el local. Por costumbre, los clientes van a sabiendas de la alta concentración de prostitutas, y viceversa. En otros casos, el local y la prostituta tienen una relación establecida entre ambos, a cambio de un salario mínimo o de una comisión en las bebidas que le invitan. Ella debe cumplir con un mínimo de normas de la casa, como por ejemplo ir a "trabajar" un mínimo de días a la semana y cumplir con un horario mínimo. En ambos casos la prostituta termina su jornada en cuanto consigue un cliente dispuesto a contratar sus servicios.
En algunas grandes ciudades los burdeles se concentran en los llamados barrios rojos , zonas establecidas donde se tolera la prostitución.
Escorts
Los servicios de escort o chicas de compañía se diferencian de otras formas de prostitución en que las actividades sexuales no están publicitadas explícitamente como incluidas en el servicio. El pago está asociado al tiempo y compañía de la escort. Sin embargo, es habitual la expectativa de que las actividades sexuales están incluidas. En este caso, los servicios sexuales pueden darse en el domicilio del cliente o una habitación de hotel, o bien en el domicilio de la escort. Las escort pueden ser independientes o trabajar para una agencia.
Los servicios se suelen publicitar en Internet, en publicaciones regionales o guías telefónicas.
Turismo sexual
El turismo sexual consiste en viajar con el fin de tener relaciones sexuales con prostitutas o participar en otras actividades sexuales. Entre las razones por las que se recurre al turismo sexual se cuentan: una mayor tolerancia a la prostitución que en el país de origen, precios más bajos, privacidad o la preferencia por determinados grupos étnicos. También es una práctica extendida entre pederastas, que buscan una edad de consentimiento menor o permisividad respecto a la prostitución infantil
DIFERENTES POSICIONES DE VISTA.
Las diversas posiciones se agrupan en torno a cuatro grupos principales: el prohibicionismo, y el abolicionismo, el regulacionismo y el legalizador.
Prohibicionismo
El prohibicionismo consiste en perseguir la prostitución en todos sus aspectos. Considera la prostitución como una actividad inmoral y tanto las prostitutas como los clientes son tratados como criminales. Esta ha sido la posición más extendida desde el siglo XIX y en la que se basan las leyes en vigor en la mayor parte del mundo. Estas posiciones están asociadas a corrientes ideológicas conservadoras.
Abolicionismo
El abolicionismo considera la prostitución como una forma de violencia contra la mujer que debe ser abolida por completo. Por lo tanto, la prostituta no es vista como una criminal, sino como una víctima de explotación; mientras que los clientes y proxenetas son vistos como explotadores. De esta forma se persigue a los clientes para reducir la demanda y no a las prostitutas.
Desde las posiciones abolicionistas se tiende a utilizar la denominación «mujeres prostituidas» o «mujeres en situación de prostitución», denominación que recibe críticas.
Regulacionismo
Las posiciones regulacionistas buscan regular la prostitución como una profesión legítima. La defensa del regulacionismo se da desde distintas corrientes de pensamientos liberales, progresistas y feministas.
- Desde un punto de vista liberal se puede considerar que prohibir la prostitución supone limitar la libertad individual de prostitutas, proxenetas y clientes.
- Desde un punto de vista progresista se argumenta que, aunque la prostitución pueda no ser deseable, la prohibición no consigue que la prostitución desaparezca, sino que empuja a las prostitutas a una clandestinidad en la que sus condiciones de vida empeoran.
- Desde las posiciones regulacionistas se tiende a utilizar la denominación «trabajador sexual» para cualquiera que ejerza la prostitución, así como otras profesiones relacionadas con el sexo.
Según Tony Mac, activista y trabajadora sexual, la regulación es uno de los caminos efectivos para la lucha contra la trata de personas y explotación infantil. Al proveer un marco regulado se accede a una inmensa cantidad de información y datos para entender las diferentes situaciones de las trabajadoras sexuales.
Según Clara Rojas, el modelo regulacionista provee a las trabajadoras sexuales con derechos iguales a los del resto de trabajadores, acceso a los sistemas de salud y garantías frente a la autoridad y la justicia.
Legalizadora
Las posiciones legalizadoras (también llamadas descriminalizadoras) de la prostitución surgen como una crítica, por un lado, a las concepciones de base del regulacionismo, el cual trata a la prostitución como un "mal menor", del que la mejor salida para que cause el menor daño posible es regularlo, pero sin ayudar a desestigmatizarlo o a acabar con el estigma puta; y por el otro, a sus consecuencias laborales, en tanto los legalizadores tienden a acusar al regulacionismo de favorecer los intereses del empresariado por encima de los de los y las trabajadoras sexuales, al considerar de hecho a estos y estas últimas como clase obrera.
Situación legal
Las posiciones y leyes sobre la prostitución varían ampliamente en diferentes países, reflejando distintas visiones de la victimización, explotación social, explotación laboral, desigualdad social, roles de género, igualdad de género, ética y moralidad, libertad de elección y normas sociales.
Sanidad y riesgos
Ya que las prostitutas y los prostitutos mantienen habitualmente relaciones con un elevado número de clientes, la prostitución se asocia con la dispersión de infecciones de transmisión sexual. Entre éstas, el VIH es la que actualmente reviste un mayor riesgo. Dicha enfermedad está considerablemente más presente entre los hombres y las mujeres transexuales que ejercen la prostitución.
La mayoría de las prostitutas son víctimas de agresiones físicas o violaciones. Además, a esta violencia se asocia el desarrollo de estrés postraumático y abuso de drogas.
Por ello, una vez se ha informado cualquier persona acerca de la prostitución y del trabajo de las prostitutas, se debería legalizar.
Apoyo esta legalización puesto que de esta manera, tendrían un seguro médico, se acabaría con la venta de personas para la explotación sexual y tendrían una mayor protección en cuanto a su persona y un mayor respeto al trabajo que desempeñan.
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