viernes, 3 de abril de 2020

ROL DE CRÍTICA

¡¡HOLA!!

Esta semana me ha tocado el rol de crítica y no se me ocurre nada mejor que esta impactante noticia.
Os la resumo para que comprendáis por qué la he escogido.


Una familia denuncia en Fiscalía que se negaron a salvar a su padre por su edad.

Faustino Gómez, de 89 años, había ingresado en la residencia de la localidad pocos días antes de que se declarase la pandemia, tras haber sido intervenido de un cateterismo para ponerle un stent. Todo había salido a la perfección pero, al tener todavía algunas limitaciones y no poder atenderlo decidieron llevarlo a la residencia. Ya estaba mejor por lo que iba a regresar a casa justo cuando se dio la orden de cerrar los centros de mayores para prevenir contagios.


Tras su llamada trasladaron  a los que presentaban síntomas más acusados a la hospedería (esta es una de las residencias más afectadas, que acumula 18 fallecidos), entre ellos a su padre. En este espacio hotelero no había sanitarios pero, ante su insistencia, consiguió que lo dotaran de una enfermera hasta las 22.00 horas y de un médico hasta las 20.00 horas. Por la noche siguen estando solos, únicamente con los cuidadores.
Raquel movió cielo y tierra para conseguir que a su padre lo trasladaran al hospital San Pedro de Alcántara, de la capital cacereña, el miércoles pasado. Tras las pruebas le diagnosticaron una neumonía y una insuficiencia renal. Su evolución fue buena, de manera que el viernes pasado le comunicaron que lo trasladan al Nuestra Señora de la Montaña, en la misma ciudad.
«Cuando llegó nos llamaron que estaba bien, que habían mantenido una conversación coherente con él, pero el sábado nos volvieron a llamar para decirnos que había empeorado, que estaba muy malito y que había entrado en coma. Me bloqueé porque no entendía nada. Les dije que hicieran algo y me contestaron que allí no disponían de analíticas ni de radiografías. Les faltaba hasta medicación», añadió.
Al rato llamó su hermana para pedir que le pusieran respiración asistida o le entubaran: «Le dijeron que hay un protocolo que dice que con los mayores de 75 años no se procede a intubación ni tendrán respirador».
Los especialistas decidieron entonces no hacerle nada a Faustino y lo llevan de vuelta al Virgen de la Montaña. Hasta mediodía del lunes no vuelven a saber nada. Esta vez les comunican una mejoría: Había pasado de estar en «coma» a saturar oxígeno por sí mismo. Pero el martes volvió a empeorar. «Nos han llamado para decirnos que su estado es extremadamente grave y que han puesto medidas para que esté mejor», dice. A las horas vuelve a llamar su hija, para interesarse sobre su evolución: «Me dicen que está sedado pero nosotros no hemos dado consentimiento. Ellos dicen que sí», cuenta abatida. Ya no hay nada que hacer. «Es muy doloroso todo. Esto es como una guerra y en una guerra todo vale», dice antes de despedirse.
Bien, una vez expuesta esta noticia tan espantosa voy, tal y como procede, a aportar mi opinión personal sobre esta noticia.
 Este hombre nació en 1931, ha vivido una Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y ha pasado por una dictadura, no lo sé a ciencia cierta, pero la gente de su época es la que se ha encargado de luchar para que tengamos un bienestar el día de mañana. ¿Así agradecemos a las personas mayores todo lo que gracias a ellos tenemos hoy en día?
Por Dios, qué pasa, que por tener más de 75 años, ¿Se les ha de considerar un estorbo? No podemos consentir esto, imaginémonos por un momento que es un familiar nuestro, no nos podemos quedar de brazos cruzados al conocer esto.
Termino lanzando una pregunta al aire: Si fuera un familiar de un sanitario... ¿Hubiera sido tratado igual? ¿Hubieran cumplido al pie de la letra el protocolo?
Tremenda sociedad está habiendo...

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