Esta semana me ha tocado el rol de crítica y no se me ocurre nada mejor que esta impactante noticia.
Os la resumo para que comprendáis por qué la he escogido.
Una familia denuncia en Fiscalía que se negaron a salvar a su padre por su edad.
Faustino Gómez, de 89 años, había ingresado en la residencia de la
localidad pocos días antes de que se declarase la pandemia, tras haber sido
intervenido de un cateterismo para ponerle un stent. Todo había salido a la
perfección pero, al tener todavía algunas limitaciones y no poder atenderlo
decidieron llevarlo a la residencia. Ya estaba mejor por lo que iba a regresar
a casa justo cuando se dio la orden de cerrar los centros de mayores para
prevenir contagios.
Tras su llamada trasladaron a los que presentaban síntomas más acusados a
la hospedería (esta es una de las residencias más afectadas, que acumula 18
fallecidos), entre ellos a su padre. En este espacio hotelero no había
sanitarios pero, ante su insistencia, consiguió que lo dotaran de una enfermera
hasta las 22.00 horas y de un médico hasta las 20.00 horas. Por la noche siguen
estando solos, únicamente con los cuidadores.
Raquel movió cielo y tierra
para conseguir que a su padre lo trasladaran al hospital San Pedro de
Alcántara, de la capital cacereña, el miércoles pasado. Tras las pruebas le
diagnosticaron una neumonía y una insuficiencia renal. Su evolución fue buena,
de manera que el viernes pasado le comunicaron que lo trasladan al Nuestra
Señora de la Montaña, en la misma ciudad.
«Cuando llegó nos llamaron que estaba
bien, que habían mantenido una conversación coherente con él, pero el sábado
nos volvieron a llamar para decirnos que había empeorado, que estaba muy malito
y que había entrado en coma. Me bloqueé porque no entendía nada. Les dije que
hicieran algo y me contestaron que allí no disponían de analíticas ni de
radiografías. Les faltaba hasta medicación», añadió.
Al rato llamó su hermana para
pedir que le pusieran respiración asistida o le entubaran: «Le dijeron que hay
un protocolo que dice que con los mayores de 75 años no se procede a intubación
ni tendrán respirador».
Los especialistas decidieron entonces no
hacerle nada a Faustino y lo llevan de vuelta al Virgen de la Montaña. Hasta
mediodía del lunes no vuelven a saber nada. Esta vez les comunican una mejoría:
Había pasado de estar en «coma» a saturar oxígeno por sí mismo. Pero el martes
volvió a empeorar. «Nos han llamado para decirnos que su estado es
extremadamente grave y que han puesto medidas para que esté mejor», dice. A las
horas vuelve a llamar su hija, para interesarse sobre su evolución: «Me dicen
que está sedado pero nosotros no hemos dado consentimiento. Ellos dicen que
sí», cuenta abatida. Ya no hay nada que hacer. «Es muy doloroso todo. Esto es
como una guerra y en una guerra todo vale», dice antes de despedirse.
Bien, una vez expuesta esta noticia tan espantosa voy, tal y como procede, a aportar mi opinión personal sobre esta noticia.
Este hombre nació en 1931, ha vivido una Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y ha pasado por una dictadura, no lo sé a ciencia cierta, pero la gente de su época es la que se ha encargado de luchar para que tengamos un bienestar el día de mañana. ¿Así agradecemos a las personas mayores todo lo que gracias a ellos tenemos hoy en día?
Por Dios, qué pasa, que por tener más de 75 años, ¿Se les ha de considerar un estorbo? No podemos consentir esto, imaginémonos por un momento que es un familiar nuestro, no nos podemos quedar de brazos cruzados al conocer esto.
Termino lanzando una pregunta al aire: Si fuera un familiar de un sanitario... ¿Hubiera sido tratado igual? ¿Hubieran cumplido al pie de la letra el protocolo?
Tremenda sociedad está habiendo...
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